Del amor al odio hay un solo paso

En Suiza un caso por lavado de dinero se topó con la empresa Covelia, lo que llevó a la justicia local a pedir toda información pertinente.

En  el clan Moyano, Hugo y Pablo están ligados a esa empresa y están claramente mencionados en los expedientes suizos, por eso en moyanolandia (no en la Argentina), los ánimos se enardecieron al instante.

La cúpula de síndicos-gordos no tardó en hacer una conferencia de prensa anunciando un paro en aire, mar y tierra por lo que consideraban una conspiración mediática y un ataque al todopoderoso e intocable.

Fuera de moyanolandia, en Argentina, nos mentalizábamos que al terminar el fin de semana comenzaba el Caos Nacional, pero a último momento decidió levantar el paro, temeroso de que las bases no le respondieran.

El modelo K se sustenta gracias al matrimonio con Moyano. Él es quien mueve camiones y puertos, de quien depende la logística y transporte del PBI,  y fue en él en quién los Kirchner depositaron poder, es decir que crearon el monstruo que los asecha.

Cristina quiere evitar el malhumor social que traen los paros y las pujas salariales, así como necesita desprenderse de la CGT  y apoyarse en la Cámpora como estrategia electoral. Pero Moyano necesita que el gobierno le brinde inmunidad respecto de la justicia que lo acosa y lo acompañe a combatir la crítica de la prensa.

En esta compleja y enfermiza relación, ambos tienen intereses encontrados, pueden matarse tanto como se amaron y están muy lejos de un divorcio bajo mutuo acuerdo.

Cristi sigue en mute y Huguito prepara otra Guerra Fría

Así es, el romance se acabó, aquellas épocas en las que ambos disfrutaban de estadios repletos por la prole sindical son un recuerdo lejano y en el último acto proselitista de la Presidente en el estadio de Huracán, Huguito tuvo que ausentarse para evitar roses con fundamentalistas K.

Moyano ni siquiera tiene tiempo para la nostalgia, la justicia tiene en su poder 200 troqueles falsos de la APE (Administración de Programas Oficiales), todos con su firma. Su mujer Liliana Zulet también está complicada por manejos de subsidios en la OSCHOCA (obra social de camioneros).

El todopoderoso secretario general de la CGT, que ostentaba un gran capital de poder, afectaba los índices de gobernabilidad y obraba como garante de estabilidad de este gobierno, ahora está en aprietos. Mientras la Presidente da un claro mensaje de distanciamiento, la mentalidad de Huguito es simple: “Los enemigos de mi enemigo son mis amigos”.

Ahora más que nunca Moyano siente que debe agrandar más la familia cegetista, por eso se contactó con el propio Barrionuevo y otros gordos esquivos a la CGT moyanista como Armando Cavalieri. Nada es tan fácil, sólo se le unirían si cede el volante y pasa al asiento del acompañante.

Con Oyarbide tras su sombra, enfrenta el dilema de renunciar a buena parte de su poder y expandir el cegetismo o mantenerse encumbrado en el poder, sólo y eludido por su ex, sin dormir por las noches por miedo a correr la misma suerte que Zanola o Pedraza.



Huguito no da tregua y Cristina no sabe, no contesta

Las paritarias, motivo de discusión desde hace al menos tres meses, tendrían que estar cerradas pero no lo están.

Nelson Palacios lidera un sindicato afiliado a la CGT y dejó en claro que para sus trabajadores de empresas químicas y petroquímicas pedirá aumentos salariales del 60% advirtiendo que sólo toma como referencia los precios de góndola de los supermercados. Desde que se reiniciaron las paritarias en 2004 nunca se pidió una cifra tan alta.

El Gobierno lleva un buen tiempo sin respiro por esta cuestión y tímidamente intenta poner paños fríos. La petición por elevar el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias sigue en pie, es que la presión fiscal del gobierno es tal, que perjudica hasta a la mismísima y tan querida clase trabajadora.

Hasta dónde podrá estirar la cuestión Cristina? Hasta dónde es capaz de presionar Hugo Moyano? Estas son las grandes incógnitas, con un Gobierno que trata de desestimar a la todopoderosa CGT como parte de su estrategia electoral y una Presidente que no toma la iniciativa en las negociaciones ni decisiones que se apliquen con verticalidad. Pareciera que en estos tiempos los ánimos están caldeados, aunque Hugo Moyano tiene bien claro que no puede enfrentar o discutir por demás con este gobierno, con el fantasma de Oyarbide merodeando, y Cristina tiene bien claro el poder de movilidad de la CGT.

Huguito no suma al Show de Cristina

En año electoral hay que cuidar las formas y guitarrear para sembrar hits y no perder fans (Diana Conti ya guitarreó por una ‘’Cristina Eterna’’). Pero la relación entre el Gobierno y los sindicatos opaca el espectáculo musical.

La presión por elevar el mínimo no imponible y por paritarias en sintonía con cifras reales llevó a los cortes en puertos rosarinos y sobre todo en ferrocarriles, produciendo descontento en los usuarios del transporte público y una fuga de votos.

El procesamiento del sindicalista Pedraza, a quien le importaba muy poco los tercerizados y disfrutaba de una plácida vista al río en su departamento en Puerto Madero es la peor postal del sindicalismo con el cual este gobierno venía teniendo una ‘’afinidad carnal’’.

La otrora ‘’columna vertebral del modelo’’ ahora pasó a ser el patito feo que hay que esconder, una dilapidaria frase de la Presidente lo sintetiza: "No pueden someter de rehenes a usuarios y consumidores. Yo quiero seguir siendo compañera de los sindicatos y no cómplice de maniobras que siempre terminan perjudicando a los trabajadores".

Hubiera sido lindo escuchar estas palabras de Cristina cuando encabezó junto a Moyano un acto proselitista en River Plate, luego de permitir desplegar una inmensa logística de colectivos que paralizaron la libre circulación de media Capital Federal en octubre del año pasado.