En Suiza un caso por lavado de dinero se topó con la empresa Covelia, lo que llevó a la justicia local a pedir toda información pertinente.
En el clan Moyano, Hugo y Pablo están ligados a esa empresa y están claramente mencionados en los expedientes suizos, por eso en moyanolandia (no en la Argentina ), los ánimos se enardecieron al instante.
La cúpula de síndicos-gordos no tardó en hacer una conferencia de prensa anunciando un paro en aire, mar y tierra por lo que consideraban una conspiración mediática y un ataque al todopoderoso e intocable.
Fuera de moyanolandia, en Argentina, nos mentalizábamos que al terminar el fin de semana comenzaba el Caos Nacional, pero a último momento decidió levantar el paro, temeroso de que las bases no le respondieran.
El modelo K se sustenta gracias al matrimonio con Moyano. Él es quien mueve camiones y puertos, de quien depende la logística y transporte del PBI, y fue en él en quién los Kirchner depositaron poder, es decir que crearon el monstruo que los asecha.
Cristina quiere evitar el malhumor social que traen los paros y las pujas salariales, así como necesita desprenderse de la CGT y apoyarse en la Cámpora como estrategia electoral. Pero Moyano necesita que el gobierno le brinde inmunidad respecto de la justicia que lo acosa y lo acompañe a combatir la crítica de la prensa.
En esta compleja y enfermiza relación, ambos tienen intereses encontrados, pueden matarse tanto como se amaron y están muy lejos de un divorcio bajo mutuo acuerdo.
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